Estaba dormida. Acababa de llegar. El día había sido muy ajetreado.
La luz era tenue y blanca. La temperatura, corporal.
Él se acercó con sigilo, trepó torpemente… hasta conseguir saltar donde ella estaba.
Continuaba dormida.
Se tumbó a su lado, abrazándola por la espalda. Piel con piel.
Ella se sobresaltó levemente pero percibió un contacto conocido, un olor conocido…
Él, sin dejar de abrazarla, le susurró –tranquila cariño, soy yo. Te lo dije, te dije que te buscaría, ¿recuerdas?. Aquí estoy, desde el principio… para siempre-.
Ambos se durmieron con una sonrisa en los labios.
… la supervisora entró en la sala para una visita rutinaria de control.
– Pero, ¿Qué hacen estos dos bebes en la misma cuna?
Me gusta mucho lo que escribes …un poco erotico…esta muy bien…la foto muy chula…..