Os quiero,
Deseo empezar y terminar este relato de la misma forma. Quizás, porque es algo que tardé en aprender a decir, o quizás porque es algo que tardaron en enseñarme.
De rodillas sobre la moqueta de una pequeña habitación que olía a aceite de máquina de coser y a telas. Mi comando de “Geyper-man’s” encaramándose por una silla de madera y mimbre. A mi izquierda, en un taburete de escay frente a una mesa transformable, de esas que escamotean la máquina cuando ya no se utiliza y bajo una tenue luz de flexo de aluminio, mi madre acabando algún vestido. De fondo, el rumor de la Singer eléctrica y Radio Nacional de España.
Llaman a la puerta. Abro y mi padre está ahí delante, con traje y corbata. Huele bien y se agacha para darme un beso.
Estos son de esos primeros momentos que me vienen a la mente cuando rememoro la niñez. Deben ser de esos que, convertidos en destello, dicen que te aparecen a cientos, a miles, en milésimas de segundo, antes del último suspiro.
Esos, junto con los viajes de los seis en un R8 cantando canciones de cantautores latinoamericanos y con mi mano izquierda apoyada en el hombro de mi padre mientras conducía, las mañanas de los días de Reyes, los veranos en el Camping Roca Grossa y muchos otros más, algunos no tan felices, se unen a los que me han invadido de inmediato, sentado delante del ordenador.
Momentos de aprendizaje de patrones, de aprendizaje de vida, de valores. La importancia de la protección, de cubrir las necesidades, del calor de una familia (con sus particularidades y sus pesadas “herencias”) de la dedicación de una madre, de la responsabilidad de un padre. Gracias, gracias y mil veces gracias por esos cimientos que forjasteis como sabíais y como pudisteis. Aunque también es cierto que echo de menos ahora, pues antes no entendía, lecciones que me quedaron pendientes: el amor en libertad y no por necesidad, la lucha contra el conformismo, la lucha por entender porque uno mismo suele hacer o decir cosas que no le hacen sentir bien, el dialogo abierto y sin tabúes que abra nuevos caminos, la motivación por perseguir los sueños, el valor de la sinceridad, la valentía para decidir el propio rumbo…
A pesar de todo, a pesar de que siempre seré el que les recrimine, en interminables y tal vez estériles discusiones, por qué no pude aprender de ellos, mucho antes, a luchar por la vida que deseaba, no cambiaría a esos seres que el universo me asignó para llegar a este mundo, por otros. No cambiaría a mi madre y a mi padre. Sin ellos, como fueron y como son, yo no sería quien soy ni me encontraría en el momento que me encuentro ahora. Sí, el momento actual ES consecuencia del ayer y, con esfuerzo y trabajo, semilla de un prometedor y luminoso futuro.
Todo llega en el momento en que ha de llegar. Abrazos, te quiero, se feliz, adelante…
Me habéis entregado el regalo más maravilloso que se puede hacer a alguien, La vida.
Os quiero.
¡¡hijo me he emocionado cuando he leido lo que as escrito ¡¡que recuerdos !!toda la familia como os quiero ha todos muchos besos querido hijo…..
Gracias madre, espero que te haya gustado….y escribir más y mejor (aunque a tí, siempre te gustará…jijijiji)
Hijo, aunque es largo me lo he leído varias veces y estoy muy satisfecha de las conclusiones a las que has llegado. Yo también pienso mucho y cuando pienso en contrariedades me pregunto POR QUE’? Y en cosas buenas me regocijo. Dos cosas hay que no puedo olvidar, cuando te operaron y cuando te cogistye el dedo en Ribas de Fresser, crei que lo perdias y viéndote en la mesa de hacer salchichas, hasta poner el hueso en su sitio, muchas veces me pregunto si he sido buen padre, claro si lo digo yo, seguro que si, pero leiendo tu escrito me tranquiliza. Una vez en la barra de la Casa Andalucia me digiste que teníamos bastantes cosas en común, habíamos bebido, pero me quedó grabado. Veo que has meditado mucho y eso me gusta y me enorgullece. Piensa las cosas bien y adelante HIJO, Estoy muy contento de ti aunque nos veamos poco. Pero estamos, eso de que olia muy bien, me ha gustado. Gracias por todo Xavi.
Hola padre,
Gracias por el comentario…anda que…de lo que se acuerda cada uno!!! Yo de una cosa no me puedo acordar(era demasiado peque) y de la otra, ya ni me acordaba.
En fin, espero que os haya gustado y como decía en el título. Os lo debía y… me lo debía.
«Salut» y besos!!