Poco se imaginaba Tolosa que aquella mañana lo llevaría a lo más alto de una población limítrofe. Le encantaban los bosques, los montes…la naturaleza, y no dejaba escapar unas horas de caminata en sus días libres.
Pero esta vez, todo era distinto. Lo que ahora lo llevaba allí no tenía nada que ver con el disfrute del aire libre o la contemplación de árboles, plantas y flores.
Hacía una hora que Gálvez se había personado en la comisaría de Caldes de Montbui para recoger, perfectamente custodiada, lo que parecía una importante prueba. Él no entendía porque aquello podría, de alguna forma, llevarles a la resolución de un caso…que poco tenía que ver con este tipo de hallazgos.
Tan pronto como entró en la comisaría, corrió a entregarle a su compañero un sobre de gran tamaño con un enigmático contenido, etiquetado y marcado con un triángulo de color amarillo con el número 1 por los de la científica.
-¿Te han indicado donde lo han localizado exactamente?-
– Sí, en lo alto de la colina a la que se accede por el camino del polideportivo. En un antiguo poblado Ibérico. Han marcado el lugar concreto con un banderín amarillo y el mismo número que la prueba. Ya no ha quedado allí ninguna unidad, pero me han señalado también el punto exacto en un mapa del poblado-
-¿Allí?…ahora entiendo-
El día era soleado, pero todavía se notaban en el aire las secuelas de un húmedo y frío invierno que justo acababa de dar paso a la estación más luminosa. A pesar de ello, Tolosa, cogió su gabardina y, mirando a Gálvez con semblante alegre, como quien acaba de dar con la posible solución de un problema le comentó a su compañero: – Vamos Tommy (así llamaba el sargento a Tomás Gálvez cuando estaba de buen humor)-
-Ok “Ernesty”, ya me explicarás por el camino lo que llevas en la cabeza- le comentó Gálvez a Tolosa esbozando una amplia sonrisa por haberle devuelto la broma y por la excitación que sentía al saber, a ciencia cierta, que Tolosa había dado con alguna importante clave-
Gálvez acababa de salir de la academia, era joven, inexperto todavía, pero con unas enormes ganas de aprender. Muy observador, amante de su trabajo y…como a veces había comentado Tolosa…un tipo impulsivo, pero listo.
Ambos se dirigieron en su Renault Megane, el vehículo oficial de incógnito que tenían asignado y al que ambos, tenían un especial cariño.
10 minutos de trayecto y un solo comentario de Tolosa ante la mirada inquisitiva de Gálvez. – No seas impaciente, espera y verás-
Una vez llegaron al inicio del camino, habiendo dejado atrás las instalaciones deportivas, este se tornaba inaccesible para turismos aunque continuaba en forma de sendero relativamente cómodo, pero con un pronunciado desnivel.
-Y ahora?, preguntó Gálvez-
-Ahora?, … a andar- jajajaja. Tolosa sabía que Gálvez, a pesar de que darle “movimiento a su cuerpo” a menudo en las discotecas de la comarca y de tener un cuerpo muy bien proporcionado, no era amante del deporte al aire libre aunque algunos años atrás, había sido un gran aficionado al tenis.
Tres kilómetros por senderos que Tolosa conocía bien. No era la primera vez que sus pies “saboreaban” esa ruta.
A paso rápido, 30 minutos más tarde y con la lengua de Tomás arrastrando por el suelo, aparecen ante ellos, en la cima de una colina, los restos de un hermoso poblado Ibérico, en bastante buen estado de conservación tras la excavación que se había realizado no hacía mucho tiempo.
Gálvez se adelanta para indicarle a Tolosa el lugar exacto donde se localizó la prueba.
-Es aquí- dijo Gálvez señalando el espacio reservado a lo que parecía un cementerio familiar de los que fueran habitantes de aquél poblado.
Tolosa se colocó en el lugar exacto y empezó a observar, girando 360 grados, lo que desde allí se veía o, mejor, las posibles zonas desde las cuales el punto donde él se encontraba, podía haberse observado con claridad.
-Bueno, me vas a explicar algo…o sí?- Le preguntó Gálvez al verlo ensimismado en sus cálculos y reflexiones.
-Espera, espera.- Dijo Tolosa concentrado. – ¿Crees que desde aquella pequeña loma de la derecha se podría ver con claridad lo que aquí sucede, en una noche con luna llena?-
-Depende de la visibilidad de la noche, si hay niebla, si la noche es clara…pero, por la distancia y el ángulo, creo que sí. Además…esa pequeña planicie protegida por arbustos, parece un buen lugar para venir a ver las estrellas…y algo más que las estrellas, en compañía-.
-¡Bingo!-
(…continuará)
Estoy intrigada ….¿que encontraran los inspectores ? a lo mejor algun crimen?…bueno ¡ya veremos!
Ahhhh, tendrás que esperar. Como todos….